Creo que en esta época sobre todo está de moda el trabajo de "opinólogos" gratuitos. Todos tenemos derecho a opinar sobre todo, a bardear, porque total estamos diciendo lo que pensamos y somos libres. Las palabras son gratis.
No digo que esté mal decir lo que uno piensa pero creo que hay un límite para todo. Creo que la riqueza o pobreza de una persona se refleja en lo que aporten o no sus ideas y como las utilice.
Pienso que generalmente nos preocupamos más por ver qué tiene, que está diciendo o que está haciendo el de al lado en vez de pensar en qué estamos haciendo nosotros, en el tiempo que desperdiciamos observando para despúes opinar, para comparar.
Mostrarse es lo que importa. Pero realmente ¿a quién le importa?
Decir lo que se piensa, pensar lo que se dice.
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