Mas allá de todos mis errores y mis fracasos,
más allá de darme por valiente y no bajar los brazos,
más allá del brillo de la gloria, lo que hablen o no hablen de mí,
mucho me costó pero c o m p r e n d í.
Al final no queda nada más que lo que soy, nada me condena, donde va el camino voy.
Si cada día toda nuestra historia vuelve a comenzar,
si cada paso marca la memoria y el tiempo nunca vuelve atrás.
Entonces, si lo hicimos bien o mal no importa,
aprendimos la lección: se trata siempre de empezar, si todo tiene su final.
Sobre el sueño, luminosidad,
sobre el llanto, un manto de piedad.
Muero cada día, pierdo el miedo,
gano el cielo, y en sus ojos l i b e r t a d.
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